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Psicología y Nutrición: Consejo y Orientación Terapéutica de los Trastornos de Ansiedad y los Trastornos de la Alimentación.

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    365 PSICOSITIO se fundó en 2006 y ha atendido a más de 2500 pacientes mediante Psicoterapia On Line. En 2008 amplia su labor de consejo y orientación terapéutica a los Trastornos de la Alimentación.
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Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)

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Definición

El TAG o ansiedad flotante se caracteriza por un patrón conductual de preocupación excesiva y recurrente sobre cualquier cosa o acontecimiento de la vida cotidiana. La persona que padece este trastorno tiene mucha facilidad para preocuparse por muchas cosas y una gran dificultad para controlar estas preocupaciones. Se trata de una disfunción emocional plagada de incertidumbres, inestabilidad y sensaciones de desprotección. No hace demasiado tiempo que el Trastorno de Ansiedad Generalizada está catalogado como una enfermedad psiquiátrica cuyas causas, aunque no están del todo determinadas, se relacionan con la influencia de factores biológicos[1] y genéticos, con situaciones estresantes de la vida o el comportamiento desarrollado a través del aprendizaje adquirido y, lo que es más probable, con la interacción entre todos estos factores. El trastorno puede comenzar en cualquier momento de la vida, incluso en la niñez. La mayoría de las personas que sufren de este problema dicen que han sido ansiosas desde que tienen memoria. El TAG es una afección crónica un poco más frecuente en las mujeres que en los hombres, de severidad fluctuante a lo largo de la vida de las personas que lo padecen. Se estima que un 66% de los afectados no reciben tratamiento alguno y presentan una calidad de vida muy mermada.

No se limita la ansiedad a una o varias situaciones con cierta similitud entre sí, como ocurre en el resto de trastornos de ansiedad. Es como si siempre hubiera algo de lo que preocuparse: pequeños problemas en los estudios, el trabajo, o la relación de pareja, tener un accidente al salir de casa…el afectado

no teme nada en particular  pero se teme todo al mismo tiempo

En cualquier momento algo puede ir mal o puede pasar algo o no se está haciendo lo suficiente para asegurar la economía familiar (que, por otro lado, tampoco tiene ningún problema especial). Y además resulta imposible dejar de preocuparse por las pequeñas cosas de la vida.  Como consecuencia esta ansieda constante

Esta enfermedad pose una comorbilidad (asociación de enfermedades) importante con los trastornos del humor (depresión) y con otros cuadro de ansiedad. Asimismo el TAG tiene una relación muy directa con el consumo de sustancias, especialmente con el abuso de alcohol.

la clave del trastorno

reside en que las personas con ansiedad generalizada parecen poseer un radar muy sensible para detectar los problemas que pueden aparecer en cualquier momento. Es como si les costase adaptarse a la vida cotidiana, a sus cambios, a sus ritmos y a sus amenazas. Es cierto que existen los accidentes, las violaciones, las catástrofes económicas y el paro, pero eso no significa que debamos permanecer siempre en casa y no salir nunca para evitar aquello que aún no ha pasado y que incluso es muy poco probable que pueda pasar.

La solución que adopta la persona con este trastorno es la preocupación intensiva. De hecho, esto le funciona en cierta medida debido a que la preocupación excesiva provoca un funcionamiento intensivo del hemisferio cerebral izquierdo (que soporta el pensamiento lógico y racional), y una cierta inhibición del hemisferio derecho, que se encarga de la formación de imágenes y que tiene más poder para causar alteración emocional. Es como si preocupándonos en exceso evitásemos en cierta medida imaginarnos las consecuencias de los temores básicos que vienen a nuestra mente. Pero esta solución sólo funciona en parte porque la preocupación intensiva genera síntomas físicos de ansiedad como tensión muscular, irritabilidad o problemas con el sueño. Y lo que es aún más importante: bajar el ritmo de preocupación nos permite imaginar mejor lo que tememos (las consecuencias del paro, la evolución de esos pequeños problemas del niño hasta que se hace drogadicto o delincuente, etc.). El problema real al que se enfrenta una persona con ansiedad generalizada es distinguir

lo que es posible de lo que es probable .

En  la realidad que vivimos casi todo es posible. Podemos perder el trabajo, suspender un examen que llevamos bien estudiado, salir a la calle y ser atropellados en la puerta de casa… Pero, la cuestión es que  No todo es probable. Los enfermos de TAG no consiguen encontrar la diferencia entre ambas cosas.

Síntomas

Una ansiedad más o menos persistente se manifiesta con síntomas como: dificultad para concentrarse, inquietud, fatiga, irritabilidad, tensión muscular o problemas para dormir. Sin embargo, par poder ser diagnosticada como TAG deberá presentar un cuadro sintomatológico  definido con los siguientes criterios profesionales:

A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se prolongan más de 6 meses.

B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

C. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (algunos de los cuales han persistido más de 6 meses). Nota: En los niños sólo se requiere uno de estos síntomas:

1. Inquietud o impaciencia
2. Fatigabilidad fácil
3. Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
4. Irritabilidad
5. Tensión muscular
6. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador)

D. El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia), pasarlo mal en público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el trastorno de ansiedad por separación), engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático.

E. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.

Hoy podemos decir que tenemos herramientas para encontrar alivio a esta enfermedad psiquiátrica que, sin tratamientos adecuados, tiene una mala evolución pero que, con ellos, se logra controlar y manejar adecuadamente, restituyendo a los pacientes su capacidad creativa, laboral, amorosa y también sexual.


[1] Se piensa que en el TAG existe una reducción en la sensibilidad a los receptores adrenérgicos. También existe una excesiva actividad serotoninérgica en áreas cerebrales como el rafe, el hipotálamo, los ganglios basales y el sistema límbico.

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